Ecologistes en Acció y Ong ADDA lamentamos que el Departament d'Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat, continue excluyendo los criterios de los grupos de defensa ambiental en la gestión de la fauna y a las entidades ecologistas y animalistas en los órganos consultivos sobre la caza. Consideramos insuficiente el “Pla de Xoc” (Plan de Choque) para controlar las poblaciones de jabalís que ignora las soluciones no cruentas que priorizan la seguridad de la ciudadanía. Denunciamos que este Plan está elaborado a favor de los intereses de una minoría, los cazadores, y que oculta los peligros de la caza, una actividad conflictiva que provoca cada vez más el rechazo social.
La caza es una actividad peligrosa. De esto no hay ninguna duda, prueba de ello son los accidentes que cada año se producen y que afectan tanto a los propios participantes en las batidas de caza, como a otras personas usuarias del medio natural, víctimas de errores y de la dejadez de personas equipadas con armas de fuego. El reciente caso de Francesc, un ciclista que el pasado mes de enero recibió un disparo en la columna vertebral mientras circulaba por un bosque próximo al municipio de Argentona (Barcelona) ha puesto en evidencia dos hechos graves:
La Generalitat, y en particular el Departament d'Acció Climàtica, no ha hecho absolutamente nada durante 40 años para actualizar la legislación sobre caza en Cataluña (sigue vigente la ley franquista del 1970 que otorga enormes derechos y privilegios a los cazadores).
La Generalitat no mantiene ningún registro ni control de los accidentes vinculados a la caza, y los agrupa bajo el concepto de “lesiones” con infinidad de otras casuísticas, ocultando de este modo la relevancia de esta peligrosa actividad.
Asimismo, Ecologistes en Acció y ADDA criticamos que la gestión cinegética continue siendo un área de la administración poco transparente y vetada a las entidades de defensa ambiental, como si la fauna cinegética no formase parte de la biodiversidad del país. Las entidades denunciamos que llevamos años solicitando poder participar en Consell de Caça de Catalunya (Consejo de Caza de Cataluña) y que la Consellera Teresa Jordà ha ignorado esta petición, vulnerando el derecho de las entidades en participar en temas medioambientales, sin ningún tipo de justificación. Recordamos que el Consell de Caça de Catalunya y los consejos de caza territoriales tienen una serie de atribuciones (informar sobre las áreas de caza o las reservas de fauna salvaje) que ahora, básicamente, se gestionan únicamente entre la administración y un único sector, el de los cazadores.
Las entidades ecologistas entienden y comparten la preocupación expresada por amplios sectores de la agricultura en relación a los daños ocasionados por la fauna salvaje en cultivos, daños que pueden dificultar más la viabilidad de las explotaciones agrarias y acelerar el despoblamiento rural. Pero criticamos que la única respuesta de la administración haya sido el reiterar una fórmula fracasada, como es aumentar la presión cinegética. Efectivamente, las estadísticas oficiales indican que cada año son cazados más jabalís, sin embargo, las densidades de estos ungulados aumentan, evidenciando el fracaso de la gestión cinegética de la Generalitat.
Ecologistes en Acció y ADDA valoramos positivamente que el Departament d'Acció Climàtica haya tenido la iniciativa de presentar un Plan Estratégico para controlar los daños ocasionados por el jabalí, y que haya incluido medidas como el diseño de un programa de protección de cultivos y medidas de sensibilización de la población. Sin embargo, el resto de este Plan Estratégico es básicamente una reiteración de las medidas fracasadas del pasado, que se pueden resumir en:
La supuesta participación social en las “mesas de cogestión” no es concreta y sobre todo, es una evidencia de que no hay voluntad política para hacer realmente participativos transversales los consejos de caza de Cataluña.
Por todo ello los colectivos del ecologismo social expresan su profundo malestar con una Consellera totalmente volcada en mantener los privilegios de un colectivo minoritario que practica un “deporte” incompatible con el uso que hace del medio natural, el 99'5% de la población (los no cazadores), y que dan continuidad al discurso de que “la caza es un motor de dinamización económica de zonas rurales”, afirmación más que discutible.
Asimismo, reclaman de forma inmediata una modificación de los reglamentos de los consejos de caza que permitan la participación de las entidades ecologistas, animalistas y excursionistas del territorio.
Por último, y con carácter de urgencia, reclamamos al Departament que restringa los días y los horarios de batidas cinegéticas para minimizar la coincidencia en tiempo y espacio con la máxima cantidad posible de otros usuarios. Esto se concreta en prohibir batidas durante los fines de semana, y concentrarlas a primeras y últimas horas del día, a la espera de una nueva Ley de caza restrictiva que centre la gestión de la fauna salvaje con un enfoque ecosistémico, usando métodos no cruentos de prevención de daños a la agricultura y que priorice la conservación de la biodiversidad y la seguridad de la población en general.
Más información:
ADDA Defiende los Animales. nº. 54 Monográfico sobre la caza: La sobrepobación del jabalí: Estudio de las causas de su evolución en Cataluña
Ong ADDA -marzo 2022